El 8 de abril, el peridoco “El Mundo” publicó unas entrevistas acerca del impacto que la huelga del 8M había tenido en la sociedad, o debería haber tenido. De todos esas entrevistas se concluye un mensaje claro y rotundo: la sociedad ya está advertida, se precisa un cambio enérgico para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres; un cambio en muchos aspectos de la sociedad, y, sobre todo, un cambio en el pensamiento, en el enfoque social y personal.
Lean lo que cada entrevistadx dice, lean y reflexionen porque el cambio no solamente afecta a quienes gobiernan y legislan, también afecta a cada uno de nosotrxs.
Reproducimos, a continuación, algunas de las entrevistas. Y les recomendamos que las lean todas en la publicación original.
26 miradas al 8-M
Cientos de miles de mujeres y hombres salieron a las calles de toda España hace hoy un mes para pedir el fin de las discriminaciones machistas y reclamar los mismos derechos y las mismas oportunidades para las mujeres. Personas de todo el país y de todas las edades, etnias, clases sociales y condición, convirtieron el 8-M en una jornada histórica de protestas y reivindicaciones en favor de la igualdad. Hoy, cuando se cumple un mes de aquella marea violeta, aprovechamos para hacer balance con personas que lo vivieron desde diferentes posiciones. Preguntamos a la presidenta del CNIO, a una funcionaria, a un administrador de ForoCoches, a una periodista y escritora, entre otros, y ellos nos responden a estas preguntas:
- ¿Había motivos para salir a la calle el 8-M?
- ¿Supuso para ti el 8-M un cambio o produjo alguna reflexión sobre tus actitudes?
- ¿Qué crees que queda en la sociedad y qué va a quedar de aquellas movilizaciones?
Éstas son 26 miradas al 8-M, un mes después:
Beatriz Martínez, 32 años. Médico psiquiatra de la Infancia y Adolescencia
1. La visibilización del feminismo es imprescindible. Es cierto que hay entornos culturales donde el machismo se vive de una manera más evidente, pero nuestra sociedad no está exenta. A veces se habla de “micromachismos“, pero creo que es una forma más de minimizar la violencia cotidiana contra la mujer. Sufrimos el machismo de forma diaria y no contamos con una igualdad de condiciones a la hora de desempeñar nuestro trabajo, ni de repartir las responsabilidades. Se sigue esperando de nosotras perpetuar el rol de cuidadora y se juzga a aquellas mujeres que se apartan de él.
En el sector sanitario, a pesar de la feminización de la profesión, se sigue notando la diferencia de trato que tienen algunos pacientes hacia nosotras. Además, los horarios que tenemos que cumplir (sobre todo las compañeras que trabajan en atención primaria), hacen muy difícil la conciliación, lo que lleva a muchas mujeres a reducir su jornada laboral, algo que afecta al salario y también a la cotización.
2. En mi caso supuso una confirmación de que un cambio es posible. Con las noticias dramáticas y la realidad que nos devuelve el día a día, a veces parece que no es factible una sociedad feminista, donde realmente no haga falta un 8-M. El mes pasado confirmamos que esto no es así y que el futuro puede ser feminista y con una verdadera igualdad.
3. Visibilizar la necesidad de terminar con la hegemonía patriarcal actual a través de manifestaciones multitudinarias como la del 8-M, hace que se ayude a generar conciencia de problema. De lo que no se habla, no existe, y yo creo que el 8-M ha conseguido que se pueda hablar con mayor confianza sobre feminismo. A mí me ha dado fuerza para seguir en este camino que, teniendo en cuenta el escenario a veces descorazonador, no es poco.
Rubén Sánchez, 44 años. Portavoz de Facua
1. La lista de motivos que justificaban el 8-M es larga y vergonzante. Desde las diferencias salariales entre mujeres y hombres y la dificultad de las primeras para ascender laboralmente hasta las humillaciones que sufren millones de mujeres en el ámbito laboral, político, periodístico, familiar… pasando por la pasividad gubernamental, que incumple sus compromisos presupuestarios en la lucha contra la violencia de género, tiene a una pseudoministra de Igualdad que renuncia al feminismo y dirigentes en el Gobierno y en los partidos que lo sustentan que intentaron ridiculizar y boicotear las movilizaciones, para después hacernos creer que son los líderes en la defensa de la igualdad.
2. El 8-M representó el renacer de un espíritu de ilusión de millones de personas que soñamos y luchamos por cambios políticos y sociales con los que se conquisten y recuperen derechos. Derechos para las mujeres, pero también para el conjunto de la ciudadanía. Porque el 8 de marzo no fue una movilización aislada. Los pensionistas en la calle. Los sindicatos recuperando músculo. Una larga lista de organizaciones de la sociedad civil haciendo ver su fuerza y capacidad de movilización… Y, por supuesto, fue un día en el que muchos hombres que nos consideramos feministas reflexionamos sobre nuestros errores, sobre las cosas que tenemos que seguir cambiando en nuestras relaciones con nuestras madres, compañeras e hijas, en nuestra forma de pensar, de actuar y también de reaccionar ante los comportamientos machistas.
3. Llenar las calles, una y otra vez siempre representa la antesala de cambios. Y sí, creo que ese día se sembraron poderosas semillas de cambio en nuestro país.
Carolina González Aguirrezabal, 37. Psicóloga y cofundadora del proyecto Buentrato
1. La huelga del 8-M fue un éxito. En las calles, en los hogares y puestos de trabajo quedó claramente visibilizado que si las mujeres paramos, el mundo se para. Claro que había motivos: ese trabajo no visibilizado y que quedó explícito, las cifras de la violencia machista, la desigualdad salarial…
2. Para mí supuso un halo de esperanza. Ver tantas personas de diferentes edades en las manifestaciones de ese día me lleno de optimismo. A su vez tomé conciencia de la importancia de empezar de una vez por todas a oír de verdad a compañeras que no participaron en la marcha. Tenemos que reflexionar sobre lo que ocurrió en ese sentido.
3. Creo que hubo una sacudida en la sociedad. El feminismo no es políticamente correcto y hace tambalear las conciencias de muchas personas, que prefieren seguir con sus privilegios en lugar de plantearse que la igualdad es posible y que es cosa de todas y todos. Creo que ese día se mostró cómo muchas y muchos no vamos a callar, saldremos y gritaremos y, sobre todo, cambiaremos día a día con pequeñas acciones lo que a este sistema patriarcal le encanta.