Mujeres pertenecientes a etnias minoritarias
Las mujeres gitanas viven tiempos de cambio en los que tratan de hacer compatible su identidad gitana con el logro de una mayor autonomía en una sociedad que, por otra parte, mantiene fuertes estereotipos racistas.
En ese contexto, aumenta la vulnerabilidad de las mujeres gitanas a sufrir violencia de género en la medida en que les dificulta la toma de decisiones, porque como refleja Carmen González (2006), en general:
- Tratan de evitar conflictos en el seno de sus relaciones para que no trasciendan a su entorno.
- Pesa sobre ellas el control y observación de sus conductas por su comunidad, y cuando transgreden, son desprestigiadas.
- Tratando de responder a los mandatos tradicionales y a los modernos, viven dobles vidas, triples jornadas, trabajos visibles e invisibles y esfuerzos reconocidos y no reconocidos.
Se les alienta a avanzar, al mismo tiempo que se interpreta como abandono de identidad cultural.
- Cuando tratan de salvaguardar su identidad, se radicalizan modelos femeninos tradicionales, rasgos culturales identificatorios, que se relacionan más con la subordinación que con la autonomía.
En el informe realizado por la Fundación Secretariado Gitano sobre el seguimiento de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de 197927 (2009) en relación al artículo 3 de la Convención, se explicaba que:
“El desconocimiento existente desde la cultura mayoritaria hacia la gitana limita el acceso de las mujeres a los recursos normalizados de atención a víctimas de violencia de género contra las mujeres. Y otra de las razones por las que pocas mujeres acceden a estos recursos, es el hecho de que en la mayoría de las ocasiones este acceso está condicionado por la interposición de la denuncia. Para muchas gitanas, denunciar al agresor significa reconocer que los recursos internos de la propia comunidad no han funcionado para resolver el problema, además de denunciar a un miembro de su propia comunidad ante una institución no gitana, lo que puede implicar un rechazo o ruptura con su comunidad, y pocas personas están dispuestas a renunciar a sus vínculos y grupo de pertenencia.
Es preciso por tanto tener en cuenta estas dificultades y tratar de adecuar estos servicios a las necesidades de las mujeres gitanas, ya que al no existir estas medidas en la actualidad, está dejándolas sin respuesta.”
Es decir, el control social en su contexto es un obstáculo para la defensa de sus derechos ante la violencia, al que se suma su desconfianza en las instituciones de una sociedad en la que persisten prejuicios raciales. Por lo que respecta a la población gitana, es preciso señalar que el “Plan de Acción para el desarrollo de la población gitana 2010-2012”, aprobado por el Consejo de Ministros de 9 de abril de 2010, prevé la realización de estudios sobre violencia de género.
ADRIAN VILL
22 diciembre, 2016 en 20:30
Con todo mi cariño os dejo mi canción apoyando a las víctimas de acoso escolar…
Espero que sirva de ayuda para muchas personas que sufren este mal.
Muchas gracias!
youtu.be/aCXSw4HpQWY
No más violencia de género
26 diciembre, 2016 en 19:12
Muchas gracias Adrian, por tu canción.
Sumando siempre.
Gracias.