ANTE EL DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GENERO
Jose-Antonio Burriel
No me gusta el Día Internacional contra la Violencia de Genero, y no me gusta porque muchos -instituciones, asociaciones, personas- parece como si solamente ese día señalado hubiera que tomarse en serio la sensibilización para erradicar de la sociedad la lacra de la violencia machista. Bueno, ese día y unos días antes. Pasada la fecha… ¡se le pone sordina a la trompeta o se guarda en el armario! Llevo años en el esfuerzo por erradicar, o cuando menos debilitar, la violencia machista como para no hablar cada día y hacerlo con toda la potencia posible. Me dejo llevar por este día, y voy a procurar hacer sonar la “trompeta” para alertar a todos y procurar que el compromiso se refuerce y llegue a todos. Y como se han dicho muchas cosas en la antesala del día 25 de noviembre y no digamos nada en este día, unas pocas cosas. Y estas son mis preocupaciones.
1. La violencia de género entre los adolescentes.
- Son frecuentes las encuestas y estudios acerca de la presencia de la violencia de género en las relaciones afectivas de los adolescentes y de los más jóvenes. También las campañas, spots, cortos y carteles.
- Señalan la aceptación por su parte de actitudes machistas como normales. Dan la impresión los datos y estudios de que los adolescentes reproducen los estereotipos machistas presentes en la sociedad, de que no son conscientes de la igualdad entre mujer y hombre.
- Y los avisos, carteles, campaña y programas de acción se centran mayormente en hablar de delitos posibles. También en señalar los `peligros de las nuevas tecnologías en esas relaciones, lo que es oportuno si se diera un paso más y paso positivo en las advertencias.
- No conozco a nadie que sepa quererse en las relaciones afectivas a “bote pronto”. Con otras palabras, el amor crece cada día y lo hace aprendiendo a quererse, a respetar la libertad para que el amor sea verdaderamente amor.
- ¡O enseñamos a los adolescentes y a los más jóvenes a quererse, o lo harán imitando lo que han visto en sus mayores, lo que contemplan en canciones, videos, programas televisivos, etc.!
- Y junto a esa enseñanza lo que he dado en llamar “el paraguas”.
- “El bombardeo” machista –canciones, programas, etc. es constante. Si sancioamos todo aquello que incite al racismo, la homofobia, el terrorismo, ¿Por qué no sancionar lo que incita al machismo? Y pensemos que los adolescentes no han adquirido la madurez suficiente para que su elección, el ejercicio de su libertad, sea suficientemente responsable.
2. Cumplimiento de lo que se decide o “promete”
- En palabras y escritos un montón de medidas para la lucha contra la violencia de género: Pacto de Estado, por ejemplo. También manifestaciones solemnes de autoridades de la nación, de las Autonomías y de los Municipios.
- “Obras son amor y no buenas razones”. Cúmplase lo aprobado, lo decidido, lo prometido.
- Y llévese todo ello a la práctica ya, es decir, no pasado mañana.
3. Y en mi opinión las prioridades son:
- La atención efectiva de las víctimas de violencia de género, tanto en su protección como en su recuperación total de libertad y dignidad-
- La profesionalidad total de todos los agentes sociales que intervienen acerca de la violencia de género (jueces, fiscales, abogados, policías, educadores, etc.)
- Que todas las organizaciones, asociaciones, etc. que dicen preocuparse de la violencia de genero cumplan con la finalidad establecida en sus estatutos y en sus decálogos, y no busquen protagonismo, prestigio o beneficio económico
- Que las campañas de sensibilización lleguen a la sociedad, a todos los ciudadanos. ¡Todos somos responsables de la violencia machista en nuestra sociedad; el silencio nos hace cómplices!
- La atención superespecial y urgente de los hijos víctimas de la violencia de genero sobre sus madres.
Y concluyo. Que mañana sea también un día contra la violencia de género. Que quienes dirigen la sociedad no busquen la foto o el titular de prensa, sino la efectividad de sus palabras. Que los ciudadanos no miren hacia otro lado ante cualquier manifestación de machismo. ¡Qué nadie ponga sordina a la trompeta o que la guarde en el armario!