Por José-A. Burriel
Dos buenos reportajes de “El Mundo”. El enlace esta al final de estas líneas. Dos buenos reportajes para reflexionar, y también discutir. Sobre un tema que esta presente en el espacio publico.
Y los especialistas consultados dejan en el reportaje su opinión.
* A finales de 2014, Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio de Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial, dijo en ELMUNDO que el piropo es una “invasión de la intimidad de las mujeres”…
* El piropo es una demostración, una performance de cómo tiene que ser un hombre”. Es Maribel Blázquez, profesora de Antropología de la Universidad Complutense, que sólo concibe el piropo dentro de un sistema heterosexual y patriarcal. “Heterosexual, porque un hombre no lanza un piropo a otro hombre; es una demostración de que le gustan las mujeres. Si un gay te dijera que te follaría, tú, como hombre heterosexual, lo entenderías como agresión. Y patriarcal, porque se da en un sistema que deja por debajo a la mujer. Quien tiene derecho a expresarse en público es el hombre. Es una forma de apropiarse el espacio público”.
Pero algo está pasando. “Si el piropo genera conflicto es porque el sistema está cambiando. Las mujeres ocupan el espacio público y viven el piropo como una incomodidad y una falta de respeto”.
Como todas las mujeres, esta doctora en Antropología y profesora en el Máster de Estudios Interdisciplinares de Género ha oído piropos… “Me he sentido acosada, atropellada. He sentido el privilegio masculino de creer que tiene derecho a decir lo que piensa sin tener que negociar con otra persona el espacio y el permiso. Me he sentido coaccionada”.
Para ella, el piropo es una interrupción del intento de la mujer de vivir libremente. “La cosifica. La valía de una mujer no tiene que ver con el culo o el escote que tenga”.
* El psiquiatra José Cabrera no piensa igual. “Si digo que el piropo le viene bien a la mujer soy machista. Yo pienso que la mujer no lo necesita, pero para muchas, el piropo puede ser un elemento de autoafirmación, de autoestima, de construcción. Un ‘existo’. En la consulta veo muchas mujeres que me dicen: ‘Doctor, ya no se fijan en mí'”.
Este forense sostiene que si el piropo es un “elemento positivo sin violación de la intimidad o subterfugio sexual”, no es “para nada algo que tenga que ver con la violencia de género psicológica”.
Salir corriendo. Un estudio de las psicólogas de la Universidad de Nueva Jersey Kimberly Fairchild y Laurie Rudman establece que un 99% de las mujeres ha vivido “alguna vez en la vida” un acoso callejero y que el piropeo provoca “depresión, ansiedad, temor y autocosificación”.
* Investigadora en comunicación, género y violencias Belén Zurbano. “Cuando un hombre piropea a una mujer lo hace desde la seguridad de que puede hacerlo, incluso, de que ‘hace bien’, porque es lo que una mujer desea recibir, el ‘reconocimiento’ sexual y la ‘admiración’ de un hombre. Sin embargo, su desigualdad en el espacio público, el tipo de comentarios o que nadie le haya preguntado si quiere ser piropeada evidencian que más que un halago es poder”.
Para esta profesora de Periodismo de la Universidad de Sevilla, “el piropo es androcentrismo, heteronormatividad e hipersexualización del cuerpo femenino. Es una manifestación más de la violencia contra la mujer”.
* “Sí, el piropo es un micromachismo que está en la base de la pirámide de la violencia, esa en cuya cima se acaba matando”. Estas comillas no son de mujer. Son de hombre. De hombre contra el piropo. Bernat Escudero, vicepresidente de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE): “El piropo es una invasión del espacio personal de la mujer en un espacio público. Es androcéntrico. Es un machismo indirecto, escondido, buenista, suave, que parece que no daña… Es aquel que bajo el mensaje del amor romántico permite la invasión”.
* Carmen Posadas, que habla del piropo como “una lisonja que alimenta el ego y le deja a una como nueva, una galantería que te alegra el día, un halago agradable, nada que ver con la falta de respeto, bastez o el insulto”.
* Me toca a mí. Después de más de veinte años estudiando la violencia machista, algo puede decir. Y recuerdo la frase de Bertillon: “Solamente se ve lo que se mira, y solamente se mira lo que se tiene en la mente”. La vista se convierte en mira cuando se detiene en un objeto o persona. Y si en la mente la mujer se ve como “cosa”, como objeto de deseo, como inferior al hombre y sometida a él…el machismo esta detrás del piropo porque esta detrás de la visión de la mujer para el machista.
* Debatan, discutan, comenten lo que quieran. Son libres de ello. Pero no se olviden: el machismo no se manifiesta solamente entre las cuatro paredes del hogar, también ocupa el espacio público.
El grito del patriarcado
-
Expertos en antropología, comunicación, psiquiatría y género destripan el piropo
Así se vive un día sufriendo piropos
-
Una periodista recibe insinuaciones y provocaciones por las calles de Madrid y de Sevilla
-
Grabó los piropos con una cámara oculta