Jose-Antonio Burriel
Se ofrecen datos sobre las denuncias de las mujeres: presentadas, retiradas, archivadas, etc. Se debate sobre el numero de mujeres asesinadas que no habían denunciado. Se insiste, una y otra vez –yo me canso de repetirlo- en la necesidad de personal especializado en la atención a la denuncia de la mujer. Y se olvida, con frecuencia y por desgracia, algunos aspectos del maltrato sobre la mujer y su incidencia en la denuncia de ese maltrato.
Mujer asesinada y no presentación de denuncia
La mujer no puede ser culpabilizada de su asesinato por no haber presentado denuncia. ¿Se tienen en cuenta las dificultades y dudas de la mujer ante la presentación de la denuncia?
Miedo al agresor
Muchas mujeres tienen miedo a denunciar a su agresor o mantener la denuncia por temor a represalias sobre ella o sus hijos. ¿Qué apoyo tiene la mujer en su entorno para decidirse a presentar la denuncia? ¿Tiene la mujer la confianza suficiente para saber que va a recibir efectiva protección ante la reacción del agresor por la denuncia?
Denunciar al padre de sus hijos
Muchas mujeres no dan el paso hacia la salida de su situación, la denuncia, por pensar que esta denunciando al padre de sus hijos y considerar el posible daño hacia esos hijos.
Las dificultades del proceso judicial
Es conveniente informar a la mujer del desarrollo del procedimiento judicial. Y es muy importante ayudar a la mujer en ese proceso:
- Atención por personal especializado
- Asistencia jurídica ante y durante la denuncia
- Garantizar a la muer el derecho a la asistencia social
- Apoyo psicológico
Ámbito empático
He aquí un significativo párrafo del libro de José María Calleja “Cómo informar sobre la violencia machista”:
“Es evidente que para las mujeres maltratadas la aportación de un teléfono que escucha y no deja huella ante las denuncias por agresiones es un gran avance en comparación con tiempos pasados, cuando no existía esa posibilidad y ante el maltrato solo quedaba la resignación y el silencio, pero también es evidente que, una vez presentada la denuncia, la mujer no siempre se encuentra en un ámbito empático, con una serie de mecanismos sufrientemente eficaces para que la denuncia prospere y llegue hasta el final”
Las pruebas de la denuncia
Tengamos en cuenta lo siguiente: en muchísimas ocasiones la única prueba de cargo la tiene la agredida: no han existidos testigos. Algo que dificulta la condena del agresor de la mujer. Algo que, en ocasiones, hace “pensar mal” acerca de la veracidad de lo que la mujer cuenta.
Seguir en el procedimiento
En ocasiones la mujer que ha denunciado sucumbe a las presiones del agresor -pedir perdón, no volverá ocurrir, los hijos, el que dirán-, a sus chantajes emocionales. Y la retirada de la denuncia acrecienta su sufrimiento con posterioridad.
Confianza en la Justicia
Soledad Cazorla, Fiscal en el Supremo de violencia de genero –ya fallecida- sostuvo ante las dificultades de las mujeres maltratada para poner denuncias –y siguen vigentes sus afirmaciones- : “quizás me equivoco: las mujeres maltratadas no están confiando en nosotros. Eso me duele. Un proceso es una incomodidad, sea de la jurisdicción que sea. Si es penal, es un calvario. Esas mujeres tienen que contar todo lo que les ha pasado, y eso es muy hondo”. ¡Y tan hondo, y tan doloroso!
Revivir dolores y sufrimientos
Doy la palabra de nuevo a José María Calleja: “Es cierto que las mujeres que denuncian a los hombres que las maltratan se ven obligadas a actualizar y revivir todos sus pánicos, dolores y sufrimientos al tener que relatar una y otra vez, ante gente a la que no conocen de nada, los detalles de su maltrato. Las mujeres que dan el paso de denunciar a sus maltratadores se ven obligadas a desnudarse anímicamente ante gente que, en demasiados casos, no se muestra nada empática con la maltratada, desconfía de sus palabras o no está preparada para abordar esa situación”. ¡Duras palabras, pero ciertas! ¡Duras acusaciones que hay que solucionar!
ALGUNAS PROPUESTAS
Escribe Calleja: “Juezas especialistas en violencia de genero sostienen que es determinante en el abordaje del problema el que la muer victima sea atendida antes de interponer la denuncia, que esta sea el último recurso y que antes se establezcan protocolos de actuación para atajar el maltrato de raíz, desde el primer momento que empieza a producirse, dejando la sentencia como último recurso”.
- Protocolos de actuación que deben cumplirse, y no guardarse en un cajón o simplemente servir para rellenar informes y encuestas
- La especialización es clave. Se habla de ella repetidamente, pero…¡papel mojado!
- Personal especializado para atender las denuncias
- Atención psicológica y social antes de la denuncia
- Juzgados de lo Penal especializados en la violencia de genero
- Sensibilización social efectiva para que la mujer se sienta apoyada para presentar la denuncia y seguir el procedimiento judicial.
- Que los juzgados investiguen las causas de las retiradas de las denuncias.
- Y no olvidar: un padre maltratador no puede ser buen padre y cuidar de sus hijos.