Los cánticos de la vergüenza
Por Susana Gisbert. No me entusiasma el fútbol. No revelo ningún secreto si afirmo que no le acabo de ver la gracia a ese entusiasmo desmedido que despiertan unos cuantos muchachos -si de muchachas se tratara, el entusiasmo ya no sería tal- dándole patadas a un balón. Pero tampoco lo odio, pese a lo que muchos piensen. Detesto, eso sí, …
Escuela de familias: Nos queda mucho trabajo todavía para erradicar la terrible percepción de posesió...